lunes, 26 de mayo de 2008

Mariposa

Me desperté. Los rayos del sol me deslumbraban al acariciar mi fina piel... no podía verte, pero notaba como tus fríos dedos me rozaban las nalgas. No podía verte, pero te sentía. Sentía como una fina brisa me levantó hacia la ventana. Un día precioso. Se acercaba, que linda. Aleteaba sus delicadas alitas... se posó en tu almohada, aún caliente desde que te fuiste y se quedó allí, notando tu aroma, como aún lo sigo notando cada vez que me acurruco con tu chaqueta que olvidaste antes de irte. Vuelvo a la cama. Me estiro, ella sigue ahi. La observo, la miro, bordeo su perfil y sus espectaculares colores me inundan de frescura. Se posa en mi hombro y cierro los ojos. Me susurras al oído y noto tu calor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

has de fer el curs

jose?